¿Y qué significa «compostable»?
Un producto solo es compostable si puede descomponerse en dióxido de carbono, agua y una fracción de la masa original (10 %) en condiciones determinadas y en un período de tiempo fijo sin que queden residuos tóxicos en el entorno. Este proceso de descomposición debe tener lugar únicamente con la ayuda de microorganismos o enzimas. En las plantas de compostaje industriales, este proceso se lleva a cabo más rápidamente que en un compost en el jardín. Esto se debe fundamentalmente a la temperatura en estas, que es de alrededor de 60 °C; en estas plantas industriales, un producto compostable debería haberse metabolizado en un plazo de tres meses. Por su parte, los productos que necesitan los 90 días completos para descomponerse suponen un problema. ¿Por qué? Porque a menudo, los ciclos de compostaje en estas plantas son considerablemente más cortos, de modo que las sustancias no pueden transformarse completamente. En el compost de jardín, por el contrario, la temperatura es de alrededor de 30 °C, dependiendo la estación; aquí, el proceso de compostaje natural puede durar hasta un año. En la UE, existe un procedimiento estándar (EN 13432) al que las empresas con productos correspondientes pueden comprometerse de manera voluntaria. En nuestro artículo sobre la norma EN 13432 , te explicamos qué requisitos debe cumplir un producto para ser considerado compostable segun dicha norma.